Street Art Chileno





El street art Chileno como diciplina no tomo seriedad hasta mediados de los 90. Antes era solo ver quien llenaba mas espacio publico con formas que solo sus creadores entendian. Aparte de sobrecargar el lugar, ensuciaba el entorno con tanto rayado sin coherencia en el lugar afeando el espacio publico. Fue por esto que en Chile no era muy bien visto por la ciudadania que generalmente los asociaba con grupos de delincuentes. Fue por esto que varios Artistas callejeros tomaron la iniciativa de modificar el rumbo, lograr plasmar una idea, un sentimiento o lo que fuese de una manera ordenada, consisa y carismatica.

En Chile, no hay datos precisos sobre su aparición como técnica y menos como concepto. Tampoco existe una reflexión teórica sobre él. El acto más cercano para trazar conceptualmente su utilización es una tesis encontrada en la biblioteca de la Facultad de Artes en la Universidad de Chile. Lo bueno de encontrar este documento es que rescata unos s.g. casi desconocidos realizados el año 1998 en la comuna de Ñuñoa, en Santiago, por el grupo “La Nada”, aún cuando las reproducciones son de bajísima calidad. No vamos a trazar una discusión con este texto, ya que apunta a un sentido completamente diferente al que aquí queremos esgrimir.
Dentro de los datos que podemos manejar, Internet es el medio que más ha ayudado a instalar en la “conciencia colectiva” esta técnica de inscripción en la ciudad. Contamos en la actualidad con numerosos sitios en la red que promocionan la actividad de algunos productores, la gran mayoría anónimos.


El stencil ha estado presente en el arte chileno desde antes de la aparición del s.g. Lo que nos interesa es delimitar y diferenciar ambos conceptos. Existen diferencias entre el stencil y el s.g, como técnica propiamente y en el orden netamente decorativo. A modo de definición, éste último no tiene como finalidad una mera utilización decorativa, sino que más bien actúa en una esfera comunicativa mediante la creación de nuevas imágenes, del reciclaje de imágenes principalmente de la cultura popular, o a través de la tergiversación de otras preexistentes para crear un sentido totalmente nuevo. Además, también es un medio de acción política, por el tipo de relación que desarrolla con la ciudad, pues la interviene visualmente a través de la acción de anónimos, los cuales, literalmente, “atacan” los muros y otros puntos o elementos urbanos (paletas publicitarias, semáforos, suelo, etc.). La ciudad es el soporte del s.g.


De los primeros s.g. en Chile, a los cuales podemos acceder públicamente por Internet, se encuentran los realizados por Francisco Fábrega y un grupo de amigos no identificados, los cuales datan, según información del sitio donde se encuentran, del año 1983, y son una serie de afiches para la promoción de recitales de música rock y electrónica de la época en la ciudad de Santiago. Aunque no son específicamente s.g., sino afiches realizados bajo esta técnica, responden al criterio comunicativo que presupone el s.g.


Sin embargo, llegar a establecer que esos fueron los primeros stencils resulta, por decir lo menos, sospechoso y pretensioso. En Chile, en tiempos de (1970-1973) ya se pintaba con plantillas con fines de propaganda política: se estampaban, por ejemplo, los rostros “quemados” de Salvador Allende y del “Che” Guevara en papel y luego se pegaban en paredes de espacios públicos. El problema es que el registro de estas obras anónimas es incierto en su existencia y sólo hemos llegado a ellos mediante relatos orales.


En Chile, precisamente en Santiago, los primeros grupos que se dieron a conocer con sus trabajos en la calle fueron “Brigada Contragolpe” y 1986”, con stencils graffitis de muy buena calidad. Cabe mencionar que estos colectivos son a su vez los que exploran por primera vez la utilización de la policromía y los grandes formatos de los s.g. en la capital.



El anonimato es a su vez un gesto político sumamente importante dentro del
desarrollo del s.g. La utilización del anonimato es un acto de invitación a la comunidad en general de participar en esta actividad. “Nadie queda excluido si nadie firma y esto es tanto tuyo como mío” parecieran decirnos estos dibujos anónimos inscritos en la competencia visual de las grandes ciudades. La firma es una forma de apropiarse, de cerrar el espacio que el s.g., en su modo político, abre a la comunidad entera. El s.g. es una forma de reapropiarse del espacio que la ciudad misma les ha negado a sus propios habitantes.

Una forma de competencia visual con la gran publicidad que se desarrolla en los grandes centros urbanos; esa publicidad que ocupa grandes extensiones de terreno, pero que, sin embargo, el s.g. intenta subvertir de alguna forma, formando al ojo para que observe dentro del gran espectáculo visual que la ciudad actual impone. El s.g. en nuestros tiempos es una guerrilla urbana, pero que hay que saber identificar y situar espacialmente, ya que los graffitteros invierten la lógica publicitaria, trabajando escondidos, por lo general en obras de pequeño formato y en sectores específicos.

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